El Palacio de Schönbrunn es la antigua residencia de verano de la familia imperial y se encuentra en Viena, Austria. Desde su edificación en 1780 durante el reinado de María Teresa, el palacio fue la residencia favorita de la monarquía de Habsburgo. Se encuentra aproximadamente a 4 millas del centro de Viena pero es muy fácil de llegar. El área donde se encuentra el palacio ocupa alrededor de 176 hectáreas, incluyendo el inmenso jardín. Se necesita por lo menos mitad del día para recorrer todo el increíble palacio de Schönbrunn  y su magnífico jardín.

Al pasar por la entrada principal verás dos obeliscos que te guían al patio decorado por dos fuentes muy grandes. Una de esas fuentes tiene figuras alegóricas y el otro tiene esculturas que representan a Transilvania y Galicia. Al frente de todo esto, se encuentra el edificio principal de todo el complejo con un jardín atrás de este. A la derecha se aprecia el Teatro de Schönbrunn, construido en 1767 de estilo rococó. Es imprescindible ir al jardín, ya que este tiene una vista de todo el complejo. Los árboles y arbustos están debidamente cuidados y le da al lugar una mejor vista. También se puede apreciar la fuente de Neptuno, la fuente más monumental del parque construida en 1780, y la Glorieta, una estructura neoclasicista.

El palacio central mide 175 metros de ancho y tiene una fachada barroca simétrica. Todos los edificios se pintaron de color amarillo claro y ocre, una combinación que ha sido copiado por muchas residencias del país. Pero no sólo el exterior es fascinante, el interior del palacio es igual de increíble. En sus buenos tiempos, cerca de mil personas vivían en las 1441 salas y pasillos del complejo.

Hoy en día, sólo 40 de estas salas están abiertas para los visitantes. El estilo rococó del interior del palacio es mucho más lujoso que las salas del Palacio Imperial de Hofburg. Las salas más destacadas son el Cabinete chino, una sala decorada con porcelana. Aquí la emperadora María Teresa sostenía reuniones con sus consejeros. Una sala más sombría es la Vieux-Lacque, en el cual María Teresa pasa mucho de su tiempo después de enviudarse. Otra sala destacable era el Spiegelsaal, o el Pasillo de los espejos, dónde un joven Mozart y su hermana hacían duetos frente a María Teresa. Los parques también llaman la atención de los visitantes.

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