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La Casa de Ana Frank

Quizás la espera puede ser algo larga pero la experiencia que vivirás valdrá totalmente la pena después de ver la Casa de Ana Frank, cuyo nombre en neerlandés es Anne Frankhuis. Durante la Segunda Guerra Mundial, ocho personas de tres familias vivían juntas en esta casa en un silencio casi total por más de dos años.

Casa de Ana Frank

Este escondite fue encontrado por Otto Frank para mantener a su familia a salvo hasta que trágicamente fueron descubiertos por los Nazis muy cerca del final de la guerra. Sus ocupantes fueron des portados a campos de concentración y Ana fue una de los que murieron allí. Fue en esta casa que Ana Frank tenía su famoso diario como una manera de lidiar con el aburrimiento y ella siempre soñaba que algún día no muy lejano este diario sea publicado. Los pensamientos que grabó tenían que ver con relaciones personales así como también el terror Nazi afuera de la casa. Visitar las habitaciones donde Ana y su familia se escondían es una experiencia conmovedora.

Las habitaciones del edificio, que eran una oficina y un almacén en ese tiempo, siguen siendo tan descubiertos como estaban cuando el padre de Ana regresó. Él fue el único sobreviviente de los ocho escondidos. Ha habido pocos cambios desde entonces, sólo unos pocos ajustes para preparar el lugar para los visitantes, como por ejemplo, poner paneles protectores en las paredes de la habitación de Ana. Esta habitación es como la de cualquier joven, con fotos, recortes y dibujos decorando las paredes. Entre las fotografías se encuentran fotos de su actriz favorita, Deanna Durbin, y de las princesas inglesas Isabel y Margarita.

El recorrido también incluye las oficinas y almaneces del negocio de Otto Frank, una pequeña sala de estar, un baño pequeño con un inodoro hermoso de porcelana, y varias salas que contienen artefactos y otros objetos expuestos relacionados con el anexo secreto. Pasajes pertinentes del diario Ana Frank están escritos en las paredes en toda la casa, tanto en neerlandés como en inglés, y algunas habitaciones tienen videos de la ocupación Nazi y de los recuerdos de Miep Gies, uno de los trabajadores de la oficina que ayudó a esconder a la familia. El museo cuenta con una agradable cafetería y tienda de regalos. Cuando estés afuera de la casa,  busca una moderna escultura de bronce de Ana. Lamentablemente no se permiten tomar fotografías pero este recorrido se quedará grabado en tu mente que no las necesitarás en lo absoluto.