Myanmar, el país de las pagodas
Myanmar, más conocida como Birmania no es un país cómodo, y recorrerla puede resultar en ciertos momentos agotador, debido a las restricciones impuestas por el actual régimen político. Pero, con una pequeña dosis de paciencia, podrás disfrutar de uno de los lugares más fascinantes del planeta, así que vale la pena pagar pequeños peajes para poder recorrerla. Aunque parezca una contradicción, porque muchas veces asociamos Myanmar a términos como dictadura o represión, lo cierto es que en todo el territorio se respira un aire muy místico y armónico, inspirado por el budismo que ha sembrado de templos, monasterios y pagodas, todo el país.
La entrada a Myanmar la haremos por Yangon. Para tomarle el pulso al país, te sugerimos que vayas a darte un paseo por la parte antigua de la ciudad, es tranquila y agradable. Una de las características de Myanmar es que aquí la vida discurre en la calle, y es precisamente ahí donde descubriréis la esencia de sus costumbres y sus gentes. En Yangon debes visitar dos pagodas: la Sule Paya y la Shwedagon. Esta pagoda está recubierta de láminas de oro, y preside la ciudad desde las colinas Singuttara. Otro lugar que en el que hay que darse una vuelta es el templo Chaukhatgyi, donde podrás ver un inmenso Buda, de 72 metros de largo, reclinado.
La siguiente parada es Mandalay Es una ciudad enorme, caótica y con un tráfico excesivo de motos. Lo primero que llama la atención de esta ciudad que está llena monasterios, y repleta monjes recorriendo las calles. Las visitas turísticas de esta ciudad empiezan por Shwenandaw Kyaung, actualmente es un monasterio edificado sobre los restos de un antiguo palacio, rodeado de agua. Un lugar realmente especial. En esta ciudad también podéis ver la Rakhine Buda, la estatua de Buda más venerada del país, en la pagoda de Mahamuni, y la pagoda Kuthodaw, que conserva 729 placas de mármol escritas en sánscrito en las que se describen las enseñanzas de Buda. Al atardecer vale la pena subir los 1729 escalones para poder ver una puesta de sol desde la colina Mandalay . Una de las opciones que te recomendamos son las excursiones a Mingun, sólo accesible a través del rio, y a Amarapura, Sagaing y Ava.
Después de explorar Mandalay y sus inmediaciones, hay que viajar hacia Bagan. Esta ciudad tiene aproximadamente 4.400 templos construidos en poco más de 200 años, es impresionante. Lo más aconsejable es alquilar una bicicleta o un coche de caballos y explorar la zona e ir entrando a los templos que más te llamen la atención. Los más famosos, los encontraras enseguida porque tienen a su alrededor montado “chiringuitos” turísticos, pero son de visita obligatoria.
Para poner la guindilla al viaje, te proponemos una excursión al Lago Inle, para conocer a los Hombres del Lago. Habitan en casas de bambú construidas en las islas del lago. Es una experiencia muy divertida navegar con ellos en sus pequeñas barcas porque van remando con los pies, siguiendo la tradición.