Bután: el secreto mejor guardado
El Reino de Bután es un país remoto, sorprendente y singular. Está escondido en el interior de las montañas del Himalaya, entre la India y China. Su apertura al turismo es muy reciente, no fue hasta 1974 que decidieron salir de su asilamiento voluntario y permitieron que los primeros turistas extranjeros entrar en el país. Para encontrar el equilibrio entre esta apertura al exterior y sus tradiciones milenarias crearon el concepto de Felicidad Interior Bruta, por el que miden la riqueza del país en función de la felicidad de sus gentes. Los tres valores principales de los butaneses son: la felicidad, la igualdad y la preservación medioambiental.
La razón principal para viajar a Bután es su patrimonio tanto natural como cultural. Este país conservar unos de los ecosistemas más indemnes del mundo, con bosques prácticamente vírgenes y una abundante elenco de especies únicas de plantas y animales. Otro de sus encantos, es que han sabido mantener sus costumbres y tradiciones intactas, porque han sido preservadas de toda influencia exterior. Su cultura ha vivido al margen del desarrollo y la evolución del resto del mundo, lo que la hace muy auténtica.
Aunque conocer Bután está reservado a unos pocos privilegiados. La entrada de turistas es limitada y hay que pagar una tasa diaria bastante elevada. Esta medida fue impuesta para evitar los desequilibrios ecológicos y sociales que provoca el turismo de masas. A su favor, hay que decir que el dinero que pagan los turistas se reinvierte en mejoras por y para los butaneses. Otra hándicap, es que las autoridades no permiten al turista viajar por libre, deben hacerlo a través de agencias. Una mala noticia para los fumadores: en Bután no se vende tabaco y fumar es ilegal en cualquier a de sus espacios públicos. También debes saber, que la vida nocturna no existe.
Bután es un verdadero reducto natural donde podrás disfrutar de unas vistas inimaginables de las montañas del Himalaya, bosques prácticamente intactos y exuberantes selvas tropicales. Además, en estos rincones naturales hay animales en peligro de extinción como el panda rojo y el leopardo de las nieves. Hay dos cosas básicas que debes hacer si viajas a Bután: la primera es un trekkings por las montañas del país, los hay para todos los gustos y niveles; y la segunda, es visitar, al menos, un templo budista. El país está lleno de ellos, porque el budismo está muy presente en la vida butanesa.
Las ciudades principales son Timbu, la capital, Paro y Punakha. Entre los principales lugares de interés hay que destacar: el Museo nacional de Paro, el templo Kyichu Lhakhang, el monasterio de Taktsang, colgado en una pared vertical a 3.140 metros de altura; la fortaleza Rinpung Dzong, el monasterio de Tamshing Gonpa, donde hay que ver sus excelentes pinturas, de las más antiguas del país, o la panorámica desde el paso de Phuntsholing.
