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Santorini es la niña mimada de las Cícladas. Erguida sobre terreno volcánico y con forma de media luna, destaca por ser distinta a sus homólogas y a cualquiera de las islas que pueblan el mar Egeo. Su principal rasgo distintivo es su peculiar configuración geológica, fruto de la erupción volcánica que se produjo en Santorini en el siglo XIII. En su parte interior, donde antiguamente estaba el gran volcán, hay un conjunto de islas más pequeñas. En el oeste la isla se vuelve escarpada y rocosa, y su encanto radica en sus precipicios sobre el mar, y en la zona sur, están las playas de arena oscura con sus aguas cristalinas de tonalidades intensas. Aquí descubrirás pueblos fantásticos, pero sobretodo, hagas lo que hagas no te olvides de contemplar las extraordinarias puestas de sol, e intenta ver todas las que puedas, porque son espectaculares.

Entre los pueblos a visitar no hay que perderse Fira, su capital,y Oia. Fira cuelga de lo alto del acantilado, sobre la ladera que desciende hasta la laguna, y desde aquí se ve perfectamente el volcán que hay frente a la isla. También podrás conocer algunas viejas iglesias y monasterios y las ruinas del castillo veneciano. En Oia encontrarás las típicas casas blancas con sus tejados pintados de azul, que tantas veces habrás visto en las postales. Este pueblo es el punto de referencia para ver los increíbles atardeceres, aprovecha para disfrutar de una puesta de sol en alguna de las tabernas con vistas al mar.

Si buscas sol y playa puedes elegir entre la playa de Kamari, la playa roja y las playas de Perissa y Perivolos. Estas playas son ideales para practicar el buceo, porque tienen un mundo submarino rico en cuevas, paredes, arrecifes y una interesante vida marina, además de unas aguas increíblemente cristalinas. Si prefieres la naturaleza, una buena opción es el senderismo, existen varias rutas no muy largas para pasear por la isla. La mayoría no duran más de una hora. También podéis descubrir los restos arqueológicos de la zona. Si tienes ganas de sarao, te advertimos que estás en el lugar ideal, porque Santorini tiene una vida nocturna agitadísima.

Para llegar hasta la isla de Santorini, hay montado un estupendo sistema de transporte de ferries, lo que hace que desplazarse de una isla a otra sea muy sencillo. De hecho, tiene conexiones diarias con el puerto del Pireo en Atenas, para poder ir y venir cuando quieras.

Si Atenas está en tus planes, te dejamos algunas de sugerencias para que puedas aprovechar el tiempo al máximo, y no dejar de hacer nada que valga la pena.

Subir a la Acrópolis.  La primera visita obligatoria en cuanto pises tierras griegas es la Acrópolis de Atenas. Es un conjunto de monumentos impresionante e imponente, es un verdadero regalo poder contemplar tesoros como el Partenón y el Erection, en la actualidad. Además, la vista de la ciudad desde aquí es espectacular. Al ser uno de los principales puntos de interés de la capital griega, lo mejor es ir pronto por la mañana o al mediodía, para evitar las avalanchas de turistas.

Pasera por el Ágora. Hay que recordar que el Ágora es uno del lugar emblemático de la ciudad,  y que fue el centro neurálgico de la Grecia clásica, donde se tomaron grandes decisiones que marcaron el rumbo del país. De entre los templos y monumentos que había antaño,  el Templo de Hefesto es el que se conserva mejor.

Ir al Museo Arqueológico Nacional. Este museo tiene una amplia colección de obras de arte y objetos de la Antigua Grecia.  La verdad es que necesitaras varias horas para verlo todo, si no tienes mucho tiempo o no te van mucho los muesos, ve directo a los imprescindibles: la máscara de Agamenón, las esculturas de mármol de Pan y Eros y la estatua de bronce de Poseidón.

Visitar la estación de metro de Sindagma y la de la Acrópolis. Aunque no tengas la  intención de coger el metro,  vale la pena  bajar a las estaciones de Sindagma y Acrópolis, o a una de las dos, porque son espacios singulares en los que se conservan parte de los restos arqueológicos que se encontraron durante las excavaciones.

Perderse por el lo barrio de Plaka: es el barrio más pintoresco de todos y aquí podrás disfrutar de las famosas tabernas griegas.  Observa sus casas de estilo neoclásico con fachadas blancas, ocres, colores pasteles. Según dicen, estas casas fueron construidas por obreros de la isla de Anafi que llegaron a la capital para la construcción del Palacio del Rey de Grecia tras la independencia del país. Si quieres comprar souvenirs, estas en el lugar adecuado.

Subir al Licabeto: Es una de las colinas de Atenas. Se puede subir andando, si eres un valiente, pero tiene su gracia hacerlo en funicular. La vista es excelente, y  si subes al atardecer, mientras se pone el sol… la imagen es aún más preciosa.

Probar un café griego. El café forma parte de su cultura de Grecia. El café griego es muy denso, se caracteriza por sus “posos”, se sirve hirviendo  y hay que a beberlo a sorbos, para no atragantarnos. También está el café frappé, una auténtica delicia y muy refrescante.

La gastronomía griega es equilibrada y sana. Las principales virtudes de la cocina griega contemporánea son la simplicidad de sus platos, y la calidad de los productos, gracias la propia riqueza natural del país, pueden conjugan ingredientes muy diversos, frescos y de excelente calidad.  Esta cocina tiene una larga tradición  y a pesar de tener una base puramente mediterránea,  ha recibido influencias  de la cocina italiana,  de la balcánica y de la de Oriente Medio. Obviamente, cada región tiene sus propias particularidades culinarias, aunque el uso de hierbas aromáticas y de especias, de aceite de oliva, de aceitunas, la berenjena y de sus excelentes quesos… es una constante en todo el país. Cuando viaje a Grecia no dude en probar algunas de nuestras sugerencias culinarias.  Hay muchos sabores para descubrir y disfrutar…

Entre los  primeros platos le sugerimos: el Tzatzíki una de las salsas griegas más conocidas. Hecha a base de pepino, ajo y yogur,  las Dolmádes que son hojas de parra rellenas de arroz, el Jtipití que es una crema de feta y pimiento rojo. También están las Keftedákia que son albóndigas fritas y la típica ensalada Joriátiki hecha a base de tomate, pepino, cebolla, feta y pimiento. Las verduras son una parte esencial de los platos griegos,  le recomendamos en especial el gemista, tomates y pimientos verdes cocinados al horno y rellenos de carne picada o arroz.

En cuanto a los platos principales, está la famosa Musaká, un pastel de  carne picada y berenjenas con bechamel y las berenjenas rellenas al horno llamadas Imám baildí. Probar algún plato de pescado es imprescindible,  porque tienen una exquisita variedad de peces y mariscos que se pueden consumir muy frescos. Destaca el pulpo, ingrediente de muchas recetas tradicionales.

El cordero es su carne preferida aunque hay multitud de platos que llevan rellenos de carne picada de ternera o cerdo.  Encontrará tabernas que asan el cordero al aire libre, un buen sitio para probarlo. Los “pilaffs”, también están ente los platos típicos, son preparaciones a base de carne de cordero guisadas con las salsas y se sirven con  arroz “pilaf”. También hay que degustar algún  gyros, carne asada servida servido con pan de pita, y  los soublaki que son deliciosas brochetas de ternera o pollo. Otro plato muy popular son las empanadillas de pasta “fila” rellenas de pollo y champiñones, espinacas y queso feta…

Para acompañar todas estas propuestas lo mejor es un vino de Retsina, que se elabora añadiendo resina de pino a los vinos blancos durante su fermentación. Si es de dulce, pruebe cualquiera de los postres hechos a base de hojaldre y miel  con pistacho o nueces,  y  acompáñelo con un copita de Ouzo, uno de los licores más célebres,  con sabor anisado que se toma rebajado con agua, será colofón perfecto.