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Casablanca, la ciudad más grande de Marruecos

Casablanca o como también se le conoce Dar El Beida, ubicada al oeste de Marruecos, que en sus inicios se le llamaba Anfa, nombre otorgado por los Zenetas, es una de las ciudades más grandes y visitadas de todo el  país, debido a que todos los vuelos que llegan a su enorme aeropuerto, pasan por esta ciudad.

Casablanca

Punto de escala para muchos viajeros, hace forzosamente de Casablanca de las ciudades turísticas que vale la pena visitar, ofreciendo un sin número de atracciones.

Tal vez por lo que más se le identifica a la ciudad, es por la muy renombrada película que lleva el mismo nombre, Casablanca, que justamente se filmó aquí con renombrados actores de la época.

Su nombre tan peculiar tiene origen por unos portugueses que surcando los mares, divisaron a lo lejos una colina llamada Anfa,  una hermosa casa blanca bautizándolo como tal.

La famosa Mezquita Hassan fue diseñada por el francés Michel Pinseau. La construcción de tremendo monumento no tiene muchos años en su haber, fueron largos 13 años que duraron finalizando en el año 1993, está valorizado en alrededor 800 millones de dólares, suma que fue asumida en su totalidad por el gobierno Marroquí.

Otro lugar turístico de Casablanca, es el parque mas grande de la ciudad llamado Parc de la Ligue Árabe, parque que a pesar de su larga extensión no es muy concurrida por los turistas, aunque en la actualidad se encuentra con algunas restauraciones justamente para mantener viva la arquitectura propia del lugar y resulte más atractivo para los visitantes.

La Catedral de Casablanca es de los lugares también recomendables de visitar, construida en el año 1930 a manos del francés Paul Tournon, aunque en la actualidad funciona como un centro cultural ya desde el año 1956.

La Plaza Mohammed V vale también la pena visitarla sobre todo por las noches, donde se la puede apreciar en todo su esplendor, es muy notoria la influencia francesa en su arquitectura con la combinación de la arquitectura Marroquí.

Para los coleccionistas el mejor lugar donde se encuentran productos de marca y realmente originales y pueden hacer todas sus compras con toda confianza, es en el barrio Maarif, de los lugares más lujosos que existen en la ciudad.

Las playas no podían faltar en un viaje a Casablanca, sobre todo de la parte de la Corniche, zona con las mansiones más lujosas del lugar,  por la noche a plena luz de la luna como para cerrar el día , está e faro El Hank.

El vibrante Marrakech

Marrakech es sin duda la ciudad más exótica de Marruecos. Su ubicación privilegiada entre  el Atlas, el Sahara y el Atlántico, las múltiples tonalidades de color rojo que impregnan toda la ciudad, la fuerza embriagadora de los olores de las cientos de especias que recorren en todos sus rincones, las laberínticas calles de la medina y  los  bereberes y malabaristas que habitan en ella… la convierten en un paraje casi de leyenda.   A pesar de que Marrakech es caótica y  vibrante,  hay que visitarla sin prisas para poder saborear ese viaje a través del tiempo al que nos invita esta ciudad.

Vibrante Marrakech

La capital de Marruecos tiene dos caras completamente opuestas y muy distintas. Por un lado, está la zona antigua de la ciudad, sin duda,  la más exótica e interesante. Por el otro, la Marrakech moderna  con avenidas rectas y amplias de estilo occidental. Si busca vida nocturna intensa  junto con restaurantes y cafés de diseño este es el lugar indicado,  aunque no es aquí donde encontrará la esencia de esta urbe. El verdadero encanto está en la zona antigua.

Los monumentos no son el punto fuerte de Marrakech pero hay algunas excepciones como  la Koubba Ba´adiyn,  la madraza Alí Ben Youssef, cuyo patio central  es realmente maravilloso, y las tumbas Saadies, tumbas reales de los siglos XVI y XVII, son un remanso de paz dentro del enjambre de la medina. Aunque la actividad principal y obligatoria en esta ciudad es pasear todo lo que se pueda.

El  epicentro vital de esta ciudad es la plaza “Djemaa el Fna“. Para verla en todo su esplendor, hay que ir al atardecer,  sentarse en alguna de sus terrazas y  observar como va cambiado el ambiente al caer la tarde, cuando se instalan los puestos callejeros de comida, los encantadores de serpientes,  los echadores de cartas, los cuenta cuentos,  y todo un elenco de personajes curiosos.

Al norte de la plaza está  la Medina , otro lugar ineludible. Está compuesta por  estrechas y sinuosas callejuelas dentro de la ciudad amurallada y medieval.  Hay tiendas y puestos ambulantes  donde se puede comparar  artesanía, ropa, comida, especias y productos autóctonos. Es el máximo exponente del caos,  con un ruido incesante y un fuerte olor  aespecias. Dentro de la medina,  hay que visitar las curtidurías. Aquí se puede ver como los curtidores trabajan la piel de antes de que ésta se convierta en bolsos de cuero o babuchas. El olor es bastante desagradable pero lo podrá paliar con un manojo de menta fresca. La mejor hora para ir a comprar es a primera hora de la mañana, por la tarde se masifica con los habitantes locales.  Si que necesite un poco de tranquilidad tras el bullicio de la medina, puede relajarse en los numerosos jardines privados y públicos que rodean la ciudad.

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