Lejos nos queda la idea tradicional e inalcanzable del viaje en transatlántico de años atrás sólo al alcance de muy pocos: y es que cada vez más se va abriendo paso como alternativa a nuestros viajes el concepto de gran crucero con capacidad para miles de pasajeros sin que nuestro bolsillo se resienta de forma excesiva.

Ahora se pueden disfrutar de unas merecidas vacaciones incluso en familia a bordo de estos completos barcos flotantes: para ello podemos escoger entre camarotes exteriores o interiores (estos últimos mucho más económicos), zambullirnos en piscinas casi olímpicas, relajarnos en jacuzzis, jugar al tenis, practicar footing en las salas de fitness e incluso patinar sobre hielo.

También se pueden encontrar todo tipo de actividades de ocio: desde teatro y baile, a restaurantes donde degustar exquisitos platos. Todo pensado para pasar nuestras vacaciones en el mar sin faltar lo que podemos encontrar en tierra.
Otra ventaja que tienen los cruceros: la posibilidad de visitar múltiples destinos. La mayoría de cruceros recorre el Mediterráneo con destinos como Croacia, Grecia, Chipre o Egipto; así como también el Caribe con escalas como Jamaica, Islas Caimán o Puerto Rico.

Y ¿cuándo viajar? Si optamos por un crucero por el Mediterráneo cualquier época del año es buena, aunque lo más común es hacerlo entre abril y octubre; y si nos decidimos por el Caribe lo ideal es entre enero y junio.
¿Cuánto nos cuesta? Aquí ya intervienen varios factores (categoría, camarote, etc), pero podríamos calcular que una semana de crucero por el Mediterráneo en un barco moderno pero sin lujos nos podría costar una media de 800 €, y si lo hacemos en uno por el Caribe el precio rondaría los 1800 € de media (por persona en camarote doble y pensión completa).
Si aun así el precio nos parece elevado, siempre podemos optar a conseguir descuentos si reservamos con bastante antelación.

Además, hacer un crucero tiene muchas alternativas: desde grandes veleros, a yates, transatlánticos míticos como el Queen Mary II o el Queen Elisabeth II, e incluso otras embarcaciones locales como las falúas de Egipto o los expresos costeros de Noruega.

En resumen, una alternativa cada vez más habitual y de moda que nos permite conocer destinos tan interesantes como divertidos, y que difícilmente podríamos hacer de otra forma: como recorrer el océano Índico (desde Kenia hasta la isla Reunión), el mar Báltico, los fiordos de Noruega, el Mediterráneo, o América del Sur (desde Brasil hasta Tierra del Fuego).

Así que a coger las maletas, ¡y a viajar!

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