Categoría ‘Viajes Botsuana’

El delta del Okavango

Sin duda alguna, el Delta del Okavango, es la excepción que confirma todas las reglas. Esta zona pantanosa es la única de todo el mundo que no desemboca en el mar, sino que está instalada en medio del desierto del Kalahari. Ocupa alrededor de 15.000 kilómetros cuadrados al norte de Botswana y acoge un de las reservas naturales más ricas e impresionantes de África. Con estas características tan peculiares ya se puede imaginarse que aquí podrá ver, en vivo y en directo, la flora y la fauna más insólita y fascinante del continente. Prepárese para conocer África en su estado más puro.

Delta del Okavango

El hábitat natural del delta está formado por una gran diversidad de especies animales y vegetales, destacando una gran variedad de peces y aves de todos los colores, entre las que destaca el Águila Marcial. Los avistadotes de aves no darán abasto… Escondidos por el delta, también podemos encontrar: hipopótamos, cocodrilos, impalas, cebras, elefantes, búfalos, jabalíes…. Pero uno de los principales atractivos de esta zona es que se pueden contemplar los 5 grandes mamíferos, los famosos big five: el león, la pantera, el elefante, el rinoceronte y el búfalo. Se dice que los leones que habitan aquí, son los únicos nadadores. Han sido capaces de adaptarse a los cambio del nivel del agua para sobrevivir cazando antílopes e impalas y no morir de hambre.

Hay distintas formas de conocer el delta, la elección dependerá de sus gustos y preferencias. Se puede recorrer en safaris a pie, en lancha o en mokoro. Quizás la  manera más especial de hacerlo es con los mokoros, una especie de canoas de madera utilizadas por los habitantes de la zona para desplazarse por los canales. Suelen tener capacidad para dos personas, y las conducen manualmente.  Al ser un transporte silencioso, le permitirá acercar más a los animales del lugar.

La mejor época para visitar el delta va en función de lo que se quiera observar. La época de lluvias del delta de Okavango es entre noviembre y abril. Es el mejor momento para observar aves y el espectáculo explosivo de la vegetación en cada rincón. Por el contrario, si lo que se busca  es la observación de animales grandes, el mejor periodo es entre mayo y octubre, cuando las aguas bajan y estos se concentran alrededor del agua y es más fácil encontrarlos. Independientemente, de cuando se visite el delta del Okavango, no deben perderse, por nada del mundo, un de sus amaneceres y ver como las aguas bailan confundidas con la niebla. Tampoco se olvide de la puesta de sol, la luz africana es insuperable.

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