Categoría ‘Viajes Tibet’

El templo de Jokhang

Imagínate el Tíbet, tan tranquilo, tan espiritual, rodeado de budistas, donde lo que más gusta es el silencio y la naturaleza presente. Los templos budistas son sinónimo de paz espiritual. Una paz que según muchos turistas es reconfortante al regresar a lugar de origen, ya que dejas atrás los problemas y el bullicio citadino. Entre los templos más destacados en el Tíbet se encuentra el Jokhang, este templo o monasterio es de los más famosos que hay en este lugar. Miles turistas asisten al año al templo de  Jokhang, sólo para encontrarse consigo mismo espiritualmente. La Unesco lo ha declarado como Patrimonio de la Humanidad.

Templo de Jokhang en el Tíbet

El templo consta de muchas imágenes budistas, que según historiadores, fueron puestas alrededor del año 642 después de Cristo. Las esposas del rey, en este entonces, fueron las contribuyeron a que se pusieran las imágenes. Por lo que la visión del monasterio es un lugar sagrado y con historia. Un lugar donde los visitantes no dejan de admirar. Aunque si vas a tomar fotografías, debes tener bastante cuidado con que los monjes budistas no se percaten, pues lo consideran como una falta de respeto, además que nos les gusta la exposición.

Pero no son sólo los turistas los que van al Templo de Jokhang, sino los mismos ciudadanos. Este templo es uno de los más consagrados y venerados. Además de todas las imágenes, la más cautivante es la de Jowo, un joven Buda. Según la historia, ésta fue hecha por Siddahartha, aunque es una leyenda.

El templo de Jokhang tiene cuatro pisos y en su mayoría bañado en bronce. Las dinastías siempre estuvieron presentes en la historia, y el templo no es ajeno a ello, por lo tanto la arquitectura, es una combinación de la dinastía Tang con el estilo de Nepal. Las construcciones son lo más importante del templo. Incluso, en el tejado hay dos ciervos dorados.

Los altares son parte del templo y las habitaciones son ornamentadas, por lo que lo hacen  parecerse a un palacio. Jowo está en la sala principal. Si bien, se han destruido varias estatuas por el tiempo y por las guerras que hubo en el pasado, se reconstruyeron algunas con sus partes originales. El templo engendra historia y belleza, por lo que los visitantes se quedan maravillados. También hay grabados que se han interpretado, como el que existe para evitar la viruela.

Thangkas, el tapiz de los tibetanos

El budismo es una de las religiones, se puede decir, más apacible y palpable en el mundo. Muchos siguen el budismo por la calma y la paz interior que puede dar el maestro Buda a sus miles de seguidores. En el Tibet, se puede encontrar a los máximos seguidores del budismo, pero aparte de tener la religión, también tienen algo muy importante que es considerado como la sabiduría en imágenes como lo son los thangkas. Aunque su nombre sea raro, los thangkas son pinturas que mantienen viva la religión budista, y es tal como lo predica el budismo: disciplina y paz antes que antes.

Thangkas, tapiz tibetano

Si bien los budistas en el Tibet son reconocidos por sus productos artesanales, en la pintura no se quedan atrás: los thangkas es una gran prueba de ello. Los thangkas son las pinturas donde los budistas meditan. Si crees que los budistas nomás necesitan cerrar los ojos para tener su paz interior, pues te equivocaste, ellos también necesitan arte en su vida. Pero los tibetanos caminan de un lado para el otro, así que siempre mantienen estas pinturas es una templos ambulantes tal como se llaman estas pinturas pues las deben cargar adónde vayan para sentir esas paz espiritual, digan de admirar. Por eso, cuando uno ve a un budista tibetano cargar algo medianamente grande, son los thangkas.

Muchos visitantes que han llegado al Tibet se han mostrado impresionados por las  pinturas, ya que es algo muy poco conocido de los budistas tibetanos. Mayormente, los turistas van a pasar un momento de paz interior pero cuando se preguntan qué son esas pinturas y les responden que también sirven para reflexionar, no queda nada más que admirar esta religión. Las personas que conocen los thangkas mundialmente cuelgan estas pinturas en sus paredes y luego se ponen a meditar. Pero, claro, no todos seguimos esta religión y nos parece extraño pero extraordinario que los budistas mediten ante imágenes coloridas.

En los thangkas lo que más luz tiene hace referencia a el simbolismo que representa cada imagen u objetos de divinidades. Siempre todas las figuras en un centro donde se destacan figuras espirituales e históricas que a través del tiempo han ido variando. Aunque estas pinturas han ido desapareciendo, aún se mantiene la tradición de tenerlas, muchos budistas tienen estas pinturas que son como reliquias y son muy queridas y valoradas por quienes conocen la religión budista.

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Palacio Potala en el Tíbet

Los palacios son tradición en Asia, pero sobre todo en el Tíbet donde abundan, pero uno de los palacios más llamativos de la Región Autónoma del Tíbet es el Palacio Potala, también conocido como Templo de Lhasa, ubicado en Montaña Hongshan en Lhasa. El Palacio Potala está ubicado 3.700 sobre el nivel del mar.

Palacio Potala

Lo increíble de este palacio es que tiene mil salas y un sinfín de pabellones, así que ya te imaginas el recorrido que harás. Mayormente, en este palacio te pasas todo el día ya que cada sala tiene su historia peculiar y te puedes tomar muchas fotos en cada sala.

Aunque algunas salas, son restringidas, la mayoría está abierta al público para que puedas conocerla. Este palacio es uno de los más grandes que se puede ver en el Tíbet. Al mismo tiempo, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1994.

Cuando entres te hallarás con que una parte tiene 13 pisos. Allí se encuentra ubicado el Palacio Blanco, que antes servía como dormitorio del Dalai Lama, del mismo modo lo utilizaba como su sala de estudio. Luego, está el Palacio Rojo que está en la parte central, donde hay un salón de están enterrados los restos mortales de los Dalai Lama de los diferentes tiempos.

Este palacio es un lugar de oración y meditación para los tibetanos quienes acuden religiosamente. Asimismo, debes hacer la respectiva peregrinación para llegar hasta el palacio. Muchos de estos turistas viajeros acuden todos los años, pueden es un lugar que te aleja del estrés.

El Palacio Potala tiene una diversidad arquitectónica digna de los tibetanos, pues tiene paredes multicolores, aparte de hay túneles por todos los lados del palacio. Y no se sabe de dónde sale una pequeña ventilación sobre todo para le época de verano donde hace calor.

También, el Palacio Potala, tiene piezas de oro y plata que están muy bien conservadas y que las pueden apreciar todos los visitantes. Estas piezas son regalos que le han dado al Dalai Lama alrededor del mundo.

Los visitantes que han arribado al Palacio Potala han expresado su admiración, y se ha sentido muy regocijados con su alma, pues eso es lo que se busca según la filosofía del Dalai Lama, ese misticismo religioso que tranquilice tu alma.

Si quieres un momento de peregrinación, misticismo y soledad contigo mismo, entonces el Palacio Potala es el indicado para ti, recorrerlo y admirarlo te hará cambiar la visión de los mensajeros de la paz.