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Monasterios Aragoneses

Uno de los monasterios aragoneses más destacados es el de San Pedro de Siresa, este fastuoso monasterio se encuentra a 822 metros de altitud y según los historiadores no fue uno de los primeros, sino el primer monasterio fundado en Aragón en el año 833. San Pedro de Siresa está situado al norte de Aragón en Huesca, y está entre Echo y el Valle de Ansó.

Monasterio de Santa María de Alquézar

El Monasterio queda a 100 kilómetros de Huesca y está cerca del río Veral y el Barranco Hospital. El monasterio contiene un peculiar Museo de Escultura al aire libre. Su preciosidad se halla en el contraste con las líneas rectas y el volumen grandioso de San Pedro de Siresa. Tiene un pórtico ensanchado que es la parte más antigua y por donde se accede el ingreso. El monasterio de San Pedro de Siresa es considerado un monumento histórico desde 1931. Los visitantes conmovidos por este monumento nos dan la razón.

El monasterio de Nuestra Señora de la Rueda queda en Bajo Aragón, se localiza entre las poblaciones de Escatrón y Sástago. Este claustro es considerado una reliquia histórica pues fue abrigo de monjes y reyes de Aragón. Aunque en un principio estuvo abandonado, ahora han reconstruido el lugar para que los visitantes puedan pasearse y quedar realmente sobrecogidos por la estructura de la Torre Octogonal de tres cuerpos. En 1924 fue declarado Monumento Nacional, aunque el turismo cultural es lo que ha salvado a esta divinidad de monasterio.

El monasterio de San Juan de la Peña es el monasterio más conocido entre los españoles. Su ubicación a pesar de estar alejada de la población es su principal llamado a los visitantes. La escultura y el claustro del monasterio es lo más llamativo en este templo con estilo gótico y algo románico. Además, en el monasterio se puede apreciar las pinturas en los murales de las bóvedas de la Iglesia Baja y en la capilla de la Visitación donde se aprecia un recuerdo de telas musulmanes.

El monasterio de Santa María de Alquézar tiene un recorrido histórico pues antes de ser un monasterio fue un castillo musulmán. Hoy en día es considerado como un Monumento Nacional. Desde el claustro puedes acceder al Museo de Arte Sacro, donde puedes disfrutar de los retablos góticos y los relicarios. La naturaleza es muy singular porque contiene varios riscos, peñascos y acantilados en todo el lugar.

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Entre uno de los nueve Parques Nacionales españoles encontramos uno que deslumbra por su tranquilidad y su belleza paisajística. Este es el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ubicado en Huesca que es admirado en la mayor parte del mundo por sus montes sublimes. El Monte Perdido mide 3.355 metros siendo el monte más alto de Europa y donde está ubicado las Tres Sorores: Monte Perdido, Cilindro y Soum de Rammond. Gracias a su geología y a su clima riguroso ha dado como resultado su elevada altitud y pendientes escarpadas. La conservación de este Parque Nacional se mantiene por la forma como los lugareños han utilizado el medio natural y han hecho posible su conservación hasta hoy.

Ordesa y Monte Perdido

El paisaje que difiere entre la extrema aridez de los desiertos kársticos y la imborrable presencia del agua saltando en las cascadas y rebasando valles cubiertos por una vegetación cuantiosa, componen un patrimonio excepcional que debe ser protegido y conservado y que ha sido admirado por los visitantes a esta zona. El clima es característicamente pirenaico, si bien la diferencia de altitud que va desde los 750 metros en la entrada del Cañon de Añisclo hasta los 3.355 metros del Monte Perdido y la orientación particular de cada valle, hacen que exista una enorme variedad climática. Cabe destacar que hay grandes variaciones de humedad y temperatura entre el día y la noche.

Como el agua es torrencial y contiene una fuerza erosiva ha dado paso a que se formen cascadas dotadas de hermosura y profundadas cavidades. El hielo tiene su fenomenal exponente en dos lugares del Parque: el glaciar norte de Monte Perdido y la Gruta helada de Casteret. Es una sorpresa para los visitantes que no se dejan de sorprender por esta preciosidad de postal.

Uno de los aspectos naturales de más interés dentro del Parque son los animales que ocupan en cierta manera un lugar central, incluso los turistas que han llegado se han quedado impresionados con la variedad de animales, sobre todo por lo plural que es y porque algunas especies están en vías de extinción. Las águilas reales y los buitres siempre están surcando los aires. Mientras que las truchas y las nutrias habitan en los ríos y torrentes.

Existe una inmensa variedad de flora que se desarrolla por todos los escondites del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Estas plantas se desarrollan cuando la estación veraniega suministra calor para la vida mientras que la nieve va diluyendo su paso hasta desaparecer. En el Parque existen aproximadamente 1.500 especies de flora pirenaica.

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La Villa de Ansó

La Villa de Ansó pertenece a Huesca y está situada en la parte media del valle. En la villa es donde el terreno permite la aparición de pequeñas huertas para el uso familiar y campos destinados a pastizales. En tiempos pasados, era un lugar para cultivar trigo que servía para uso propio de los pobladores.

Villa de Ansó

Para los visitantes que llegan a la Villa de Ansó recuerden que está a 860 metros de altura así que es considerado como un pueblo montañés. Las fachadas que veas en las casitas de la villa son de las piedras extraídas del río y aunque les parezca asombroso encajan en el sitio que ocupa.

En la Villa de Ansó, las construcciones son típicas del lugar. Por ejemplo, las tejas son de barro cocido, y aunque desaparecieron hace muchos años actualmente para mantener su tradición la obtienen de edificios antiguos, por eso mismo, se hace muy difícil su conservación.

Por todo lo descrito anteriormente, es que los visitantes están cautivados con la villa. La estructura del pueblo en sí es muy prodigiosa. Las casas apenas permiten el paso de los vehículos porque tienen calles muy estrechas. Y algunas ni permiten el paso de los vehículos porque son callejones donde las casas son separadas por metro y medio. La calle Cocorro es un pasaje de estas características. Otro rastro típico de la conformación de las casas son sus chimeneas y los balcones que la acompañan. El Rincón de Galero es conocido por sus chimeneas distintivas. Por esta estructura y paisaje, el Gobierno de Aragón lo declara Bien de Interés Cultural en el 2006.

Algunos visitantes se quedaron tan complacidos de esta villa, que se quedaron para siempre, buscando otras condiciones de vida, alejados de la urbe y enriquecidos con la tranquilidad que brinda la villa. Incluso, algunos familiares de estos personajes llegan para visitarlos y se quedan atónitos por este pueblo tan callado con tintes de tradición.

La tradición que ha sido mantenida desde la fundación de este pueblo es la vestimenta ansotana que es utilizada en actividades y festividades donde los hombres y las mujeres se visten tal como esas épocas, además de recrear algunos pasajes de la historia para hacer disfrutar a los turistas que llegan al lugar.

En el valle, los deportistas amantes de la naturaleza han encontrado su lugar privilegiado. Aquí se puede disfrutar de hacer bicicleta de montaña, tanto como senderismo o descenso de barrancos.