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La cocina de la Polinesia Francesa destaca por su excelente calidad y por el uso de ingredientes propios de la zona. La riqueza de su entorno natural le proporciona una retahíla de ingredientes naturales excelentes, especialmente los productos provenientes del mar como pescados y maricos, y las frutas tropicales.

Una de las características de esta cocina es la combinación de los viejos métodos de cocción polinesios con influencias de la cocina francesa, italiana y china. El modo tradicional de  elaboración culinaria se basa en el uso de hornos cavados en  la tierra,  que se llenan de pierdas calientes. La comida se envuelve en hojas de banana  y se coloca sobre ellas, y se vuelve a recubrir de tierra. La cocina tradicional polinesia requiere paciencia, porque la cocción dura varias horas.

El pescado es sin duda el producto estrella y la leche de coco su aliño más famoso. Los pescados más comunes en la cocina polinesia son el atún, bonitos, el scar y el mahi mahi. Aunque también forman parte de su gastronomía tradicional algunos pescados propios de las lagunas como el pezloro , el pezunicornio , el perch y el mullet. El de langostas y gambas locales es elevado, y  muy recomendable.

Entre los platos típicos de este país destacan el Poisson Cru, que es una combinación de pescado crudo preparado con zumo de limón o vinagre y con  salsa de coco; las Chevrettes, que son un tipo de gambas que se encuentran con relativa facilidad en la mayor parte de las islas y Las hojas de taro suelen tomarse hervidas y tienen un sabor muy parecido a las espinacas, generalmente se sirven con crema de coco.

Las frutas tropicales son otros de los puntales de esta cocina. Aprovecha para  beber  todo tipo de zumos de frutas: de mango, melones, piña, y bananas; y muy especialmente el zumo de coco, (pape haari) muy popular en país. Son realmente deliciosos. Si quieres probar el postre típico debes pedirte un  Poi , un pudding de plátano o papaya. Las frutas  también se sirven como postre, y es típico que se sirvan endulzadas con vainilla.

Las bebidas se basan sobre todo en los zumos de frutas, muy natural y económico. Entre las bebidas alcohólicas, se consume mucha cerveza  local, llamada Pia, y  una gran variedad de vinos franceses, que hará las delicias de los amantes del vino. Pero la especialidad local por excelencia es el Maitai, que significa delicioso. Es Un cóctel de ron blanco, piña, granadina, cointreau, zumo de lima y coco.

Las especialidades gastronómicas de Hungría empiezan a ser populares más allá de sus propias fronteras. La cocina húngara es muy amplia, y se distingue por sus aromas fuertes y sus sabores picantes. Entre sus particularidades destacan la condimentación a base de especias, de casi todas sus comidas y el uso de un ingrediente estrella: la paprika, en cualquiera de sus dos versiones: picante o aromática. Como irás descubriendo la cocina húngara es deliciosa, pero muy contundente.

Si viaja a Hungría debe probar alguno de sus embutidos como  el  csemege szalámi , una mezcla de carne de cerdo con ternera, o las salchichas ahumadas.  Pero te recomendamos especialmente comer salami, su  sabor no tiene nada que ver con el del embutido que conocemos. Aunque el plato más famoso de Hungría es, sin duda, el gulash. Se trata de un guiso tradicional hecho a base de carne, cebolla, manteca patatas, pimientos rojos y paprika. Aunque tradicionalmente era un guiso más pobre, con el tiempo se le han ido añadiendo ingredientes que no hace más que hacerlo más apetecible, aunque también un poco más pesado.

Las sopas húngaras son muy sabrosas pero muy espesas. Muy típicas de esta cocina  e ideales para sobrellevar sus duros inviernos. Generalmente, se preparan mezclando manteca de cerdo y harina tostada, lo que les da el toque especial. Entre las sopas más populares están: la sopa agria de cerezas, la sopa de pescado y la sopa de gallina.
Entre los platos típico destacan: el libanaj que es un plato hecho a base de hígado de ganso o el porkolt a base de  carne con un caldo de pimentón y servido con una salsa llamada tharonya,  los pimientos rellenos, el arroz con champiñones fritos o la col fermentada rellena de carne y arroz.

Sabed que las carnes son muy buenas y son abundantes entre los platos típico de la cocina  húngara, en cambio las especialidades con pescados, son más escasas aunque vale la pena probar tanto el fogas, pescado del país,  asado o al vapor, como el salmón natural preparado con puré de patas y verduras.

Los postres están pensados para los más golosos, porque son muy dulces, como el dobostorta, una especie de torta de caramelo y moca y el somlói galuska que es un pastel con nueces y pasas al ron y chocolate fundido. Para acompañar todo estos deliciosos platos se puede optar por vinos o cervezas regionales, muy recomendables. Prueba el vino dulce de la región de Tokaji, es muy famoso, y una fin de fiesta estupendo.

Si tiene previsto viajar a Nepal ponga en su lista probar la gastronomía tradicional Nepalí. No es una las más reconocida a nivel internacional, pero probablemente se llevará una grata sorpresa. La cocina de Nepal es una rica mezcla de las tradiciones culinarias indias y tibetanas. Sus ingredientes básicos son las legumbres y los cereales, pero el arroz es, sin duda, el alimento estrella. A priori, puede parecer una cocina sencilla y poco variada. Pero, poco a poco descubrirá toda su amalgama de sabores, donde el picante tiene un papel protagonista.

Sus platos son famosas por su alto nivel nutricional y la intensidad de sus sabores,  debido al uso de una gran variedad de hierbas y especias como: jengibre, ajo, pimienta, ajíes, comino, aceite de mostaza, cilantro, ghee, mantequilla liquida de leche de búfalo, o la manteca de yak. Son platos fuertemente condimentados y poco ligeros, téngalo en cuanta al hacer sus elecciones.

El plato tradicional del país es el dhaal bhaat, un arroz hervido acompañado de una salsa de lentejas y vegetales sazonados con curry. En las grandes alturas, en lugar de arroz, toman tsampa, granos crudos, molidos y mezclados con té, leche, agua, o simplemente secos. Otro plato típico son los momos, de influencia tibetana. Son una especie de ravioli  grande hecho con harina de cebada que puede ir relleno de distintos tipos de carne o de verduras. Las chapatis son tortitas fritas, suelen acompañar las comidas. También hay que mencionar la Thukpa, una densa sopa de fideos muy habitual en los circuitos de trekking. Todos y cada uno de estos platos son claves para conocer la gastronomía tradicional nepalí en profundidad.

La situación geográfica de este país determina los productos propios de su mesa. La  ausencia de mar hace que escasean su productos como el pescado y derivados,  y no sean las principales exquisiteces de su menú. Con respecto a la carne hay que recordar, que la carne vacuna nunca se come, ya que la vaca está considerado animal sagrado como en la India. Hay que probar la carne de yak, animal autóctono de la región. También son de habituales los platos cocinados con carne de cerdo, cabra, pollo y búfalo.

Los dulces son deliciosos, y un pelo empalagoso. Se pueden comprar en puestos callejeros o en las tiendas de comestibles. La cuajada es espectacular. Antes de comérsela quítele la primera capa.

En cuanto a las bebidas, la leche es excelente y junto con el té, las principales bebidas  del país. El Dudh Chiyaa, es un té negro con leche y mucho azúcar,  con un sabor muy fuerte. También tiene un sabor intenso el charg, la cerveza tibetana. Las bebidas alcohólicas más comunes son el raskshi, licor de arroz, el arak licor de  patata o las bebidas picantes jelebis y laddus.

Aunque el arroz, la mandioca y los frijoles son los ingredientes fundamentales de la cocina brasileña,  su tradición culinaria va mucho más allá. Es una cocina rica, con una destacada combinación de ingredientes y sabores,  a raíz de  las influencias culinarias recibidas de los portugueses, alemanes, italianos, hispanoamericanos, y africano, con la gastronomía autóctona de los indígenas nativos.

Una de las características de esta cocina es su marcada regionalidad debido a las grandes dimensiones del país. Cada zona tiene su peculiar gastronomía, marcada por el clima y las peculiaridades geográficas del lugar. La cocina del centro de Brasil se basa en productos tales como: el  cerdo,  el pescado,  los porotos de soja,  la mandioca  y  el arroz. En la zona norte de Brasil predomina la cocina del Amazonas, de origen indígena,  y  una de las más originales e interesantes del país. En el nordeste abundan las frutas tropicales y los productos de mar. Los sureños tienen como elemento esencial de su dieta la carne, por la influencia de los gauchos. Los ingredientes principales del sudeste son las carnes, los granos y  los vegetales.  Aunque sí tenemos que señalar un plato como el más popular de Brasil es, sin duda,  la feijoada,  un guiso de frijoles negros combinados con carnes ahumadas o saladas que se suele servir acompañado con arroz blanco, verduras y rodajas de naranja.

Si hacemos un  itinerario iniciático por los platos más populares de la cocina Brasileña hay que  señalar la  Tacacá no tucupi. Es una sopa que consiste en mezclar goma con el polvillo de la mandioca, a la que se le añade una salsa llamada tucupi, gambas secas y jambu , una verdura muy parecida a los berros, que tiene la curiosa propiedad de dejar la lengua como anestesiada. Es uno de los platos más destacados de la zona norte de Brasil, y vale la pena probarlo.

Siguiendo nuestro recorrido no podemos olvidarnos del  arroz con sua, ni del pato no tucupi , elaborado con una salsa con mandioca silvestre y  sazonado con jambu;  ni del Xinxim de galinha un plato de influencia africana que consiste en pollo rehogado en el que se añaden cacahuetes, gambas, anacardos y leche de coco. También hay que degustar  Vatapá, una salsa espesa elaborada a base de pasta de yuca, tomate, coco y aceite de palma, y probar  algún pescado y alguna plato de carne, ambos son una parte esencial de la cultura culinaria de este país.

En cuanto al postre la fruta es la estrella. Además de mango, plátanos, guayabas, chirimoya, papayas y  maracuyás se pueden probar frutas más exóticas  como acajúes, carambolas y pitangas.  La caipiriña y el café son las bebidas nacionales, y la guinda perfecta para cerrar una buena comida brasileña.